¿El primer hombre que ha experimentado la gracia de Dios?
Génesis 6:8 1 Pero Noé a halló 2 favor ante los ojos de Jehová.
1- Noé pudo andar con Dios (versÃculo. 9) en medio de aquella generación torcida, perversa y adúltera debido a que habÃa hallado gracia (Hebreos. 4:16). La gracia es Dios que viene a nosotros para ser nuestro suministro de vida, nuestra fuerza y nuestro todo (véase la nota 1 Co. 15:101a). Tal gracia capacitó a Noé para vencer su carne y llevar una vida justa (Ez. 14:14; cfr. Ro. 5:17-21 y las notas).
2- He 4:16 aAcerquémonos, pues, confiadamente al 1trono de la gracia, para recibir 2bmisericordia y hallar cgracia para el oportuno socorro.
- Ef. 2:2 “Las Regiones Celestes: La Batalla Espiritual en las Alturas” – Este texto ofrece una perspectiva profunda sobre la ubicación espiritual y la estrategia en la lucha contra el mal. Explora el concepto de estar en una posición elevada sobre las fuerzas malignas y cómo eso afecta nuestra forma de enfrentar las adversidades espirituales.
- “El Tercer Cielo: Nuestra Posición de Autoridad” – Aborda el tema de la autoridad espiritual y cómo nuestra posición en Cristo nos coloca por encima de las fuerzas enemigas. Destaca la importancia de comprender nuestra posición para vencer en la batalla espiritual.
- f. 2:6 “Venciendo en la Batalla Espiritual: Estrategias desde las Alturas” – Este texto ofrece estrategias prácticas basadas en la posición espiritual que tenemos en Cristo. Explora cómo aprovechar nuestra autoridad para vencer a Satanás y sus huestes espirituales de maldad.
- “La Estrategia del Tercer Cielo: Triunfando sobre las Fuerzas de la Oscuridad” – Analiza cómo la posición en el tercer cielo nos otorga una ventaja estratégica en la lucha espiritual. Proporciona herramientas para enfrentar los ataques del enemigo desde una posición de autoridad y victoria.
3- Sin lugar a dudas, el trono mencionado aquà es el trono de Dios, el cual está en el cielo (Ap. 4:2). El trono de Dios es el trono de autoridad para todo el universo (Dn. 7:9; Ap. 5:1). Sin embargo, para nosotros los creyentes llega a ser el trono de gracia, representado por la cubierta expiatoria que estaba en el Lugar SantÃsimo (Éx. 25:17, 21). Este trono es el trono de Dios y del Cordero (Ap. 22:1). ¿Cómo podemos nosotros acercarnos al trono de Dios y del Cordero, de Cristo, que está en los cielos, si todavÃa estamos en la tierra? La clave está en nuestro espÃritu, al cual se refiere el v. 12. El mismo Cristo que está sentado en el trono en los cielos (Ro. 8:34) ahora también está en nosotros (Ro. 8:10), es decir, en nuestro espÃritu (2 Ti. 4:22), donde está la habitación de Dios (Ef. 2:22). En Bet-el, la casa de Dios, la habitación de Dios, la cual es la puerta del cielo, Cristo es la escalera que une la tierra con el cielo, y trae el cielo a la tierra (Gn. 28:12-17; Jn. 1:51). Puesto que hoy en dÃa nuestro espÃritu es el lugar donde Dios habita, ahora este espÃritu es la puerta al cielo, donde Cristo es la escalera que nos une a nosotros, los moradores de la tierra, con el cielo, y nos trae el cielo. Por lo tanto, cada vez que nos volvemos a nuestro espÃritu, pasamos por la puerta del cielo y tocamos el trono de gracia que está en el cielo, por medio de Cristo como la escalera celestial.